domingo, 20 de enero de 2008

ORGANIZARSE EN DEFENSA DE LOS HOSPITALES PÚBLICOS

Evitar la imposición del nuevo modelo sanitario público-privado -sobre el que incluso la OMS en 2006 llamaba la atención por los riesgos que conlleva- y evitar sus consecuencias pasa hoy por asumir las reivindicaciones que plantean los trabajadores de los laboratorios, por darles cobertura para que su voz llegue directamente a todos los hospitales y centros sanitarios públicos de la CM. Y pasa por organizarse en cada centro en defensa de su hospital, recogiendo planteamientos que ya están en marcha aunque dispersos -contra el cierre de cualquier hospital o servicio públicos y por unos hospitales 100% públicos, por acabar con las externalizaciones y recuperar servicios externalizados (por ejemplo las limpiezas, tras las infecciones y muertes evitables provocadas en el Reino Unido), ni una cama ni un empleo público menos, pertenencia de todos los trabajadores de la sanidad a la función pública y vinculación directa con la Consejería de Sanidad,...-.

Pero sólo esto no sumaría las fuerzas necesarias para acabar con las políticas privatizadoras del gobierno de la Comunidad. Es preciso que en esa organización confluyan trabajadores de la sanidad pública y movimientos sociales, para movilizar al sector sanitario y a la ciudadanía en defensa de sus intereses comunes, en defensa de la sanidad pública madrileña. Ya hay terreno andado y sectores activos en las Plataformas de Defensa de la Sanidad Pública, organizadas en diferentes Áreas y barriadas, y en la Comisión de Sanidad de la Federación Regional de AAVV.

Y sobre esa base es posible generar un marco más favorable que permita actuar sobre la oposición política, los sindicatos, las organizaciones profesionales, las sociedades científicas o los Colegios profesionales, para que asuman sus responsabilidades.

No debe permitirse que se imponga el nuevo modelo sin el debido debate social. El nuevo modelo, donde se ha llevado a cabo, ha fracasado en lograr los objetivos perseguidos desde el punto de vista del ahorro o una mejora de la gestión para el sector público, el desarrollo profesional de sus trabajadores o la mejora en la calidad de la atención prestada a la población -aunque entidades privadas hayan obtenido importantes beneficios económicos-. Ha aumentado el descontrol y la corrupción, han empeorado las condiciones laborales -aumentando las cargas y ritmos de trabajo por encima de lo aconsejable para la seguridad de pacientes y trabajadores-, han disminuido los derechos sanitarios y han aumentado los riesgos para la salud desde el propio sistema sanitario.

La experiencia en otros Estados demuestra el alto coste económico y social que representa la extensión y mantenimiento del nuevo modelo -lo que ha dificultado realizar nuevas inversiones y ha hipotecado las políticas sanitarias-, y el elevado coste de dar marcha atrás -recuperar los hospitales privatizados-, dejando tras de sí un panorama desolador. El momento de pararlo es AHORA.

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